lunes, 16 de septiembre de 2013

I CONGRESO ANDALUZ SOBRE TDAH


 


Transcurridos siete años desde la constitución de nuestra federación, en febrero de 2006, nos complace poder hacerles la presentación del Primer Congreso Andaluz sobre Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, el cual tendrá lugar los próximos días 15 y 16 de noviembre, en el salón de actos del Rectorado de la Universidad de Córdoba.


El esfuerzo y el tesón de tantas familias andaluzas, agrupadas en asociaciones por toda nuestra comunidad autónoma, y siempre con el afán de impulsar los cambios sociales necesarios para optimizar la atención y la calidad de vida de los afectados, han llevado a aprobar unánimemente la puesta en marcha en nuestra Comunidad Autónoma de Congresos Bianuales especializados en el TDAH.



Este I Congreso cuenta con el apoyo incondicional de las asociaciones andaluzas y es fruto de la apuesta decidida y valiente de los miembros de la asociación cordobesa ACODAH quienes, de forma desinteresada, han aceptan y asumido la responsabilidad de organizar tal evento a través de la inestimable labor de los miembros del Comité Organizador, quienes han sabido diseñar un Congreso a un nivel científico y profesional intachable, tal y como nuestra Comunidad Autónoma se merece.

Desde aquí, animarles a disfrutar de este evento, pues somos consciente de la gran demanda de conocimiento sobre este Trastorno en nuestra sociedad.


 
https://dl.dropboxusercontent.com/u/64074321/folleto%20tdh-1.pdf

La higiene del sueño en niños con Hiperactividad

Publicado en la web de la Fundación CADAH.


El sueño, una necesidad primaria
El sueño es necesario para el óptimo funcionamiento del niño y afecta a cada uno de los aspectos de su desarrollo social, cognitivo, emocional y físico.
El ser humano necesita dormir y esto sucederá de forma natural aunque el individuo no quiera. Sin embrago, no se trata solo de dormir, es necesario un número suficiente de horas y que el sueño sea de calidad, es decir, que sea reparador y que permita restaurar el organismo para afrontar la posterior etapa de vigilia.
El sueño y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH
Para comprender la relación entre los problemas de sueño y el TDAH es necesario subrayar que existe una relación bidireccional entre ambos. Esta asociación se determina porque ambos estados ­activación y sueño­ suponen los dos extremos de un continuo, ya que la psicopatología del TDAH y la regulación del ciclo vigilia-sueño comparten los mismos mecanismos neurobiológicos. Cabe señalar que la Corteza Prefrontal, que presenta disfunciones en niños diagnosticados de TDAH, desempeña un papel fundamental no sólo en el control de la atención, sino también en la regulación de la vigilia, el sueño y el estado de ánimo. Por este motivo, no es de extrañar que la prevalencia de alteraciones del sueño en niños con hiperactividad sea mayor que en niños sanos o con otro diagnóstico psiquiátrico.
La relación entre el sueño y el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no es algo nuevo. Anteriormente, se incluían los trastornos del sueño en los criterios diagnósticos para el TDAH, pero debido a una falta de evidencia demostrable, los trastornos del sueño se eliminaron del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales cuando se publicó su Tercera edición revisada en 1980.
Aunque los problemas de sueño pueden afectar a cualquiera en la población general, hay una mayor ocurrencia de estos problemas en los niños que tienen hiperactividad. Entre un cuarto y la mitad de los padres de hijos con TDAH informan que sus hijos sufren problemas de sueño, sobre todo problemas para quedarse y permanecer dormidos.
Los informes de los padres en algunos estudios de investigación indican una ocurrencia de entre dos y tres veces mayor de problemas de sueño en los niños que tienen TDAH en comparación con grupos de niños sin TDAH.
Además de tener dificultades para quedarse y permanecer dormidos, estos problemas también incluyen mayor actividad durante el sueño, piernas inquietas o movimientos periódicos de las piernas durante el sueño, patrones de sueño inestables y mayor somnolencia que otros niños durante el día.
Comprobar posibles problemas del sueño debe ser parte de la evaluación de todo niño con TDAH. Si se sospecha de un problema de sueño, el profesional clínico que evalúa debe tomar nota de una completa historia del sueño. La historia debe incluir preguntas sobre la hora usual de irse a la cama, el tiempo requerido para quedarse dormido, si hay despertares nocturnos, ronquidos, dificultades para despertarse, si el niño duerme siestas y de somnolencia diurna. Tal vez se les pida a los padres que lleven un diario de sueño y anoten las conductas diarias de sueño del niño durante varias semanas.
Un sueño en calidad inadecuado, en vez de provocar en el niño somnolencia, ocasionará cansancio, dificultades para focalizar la atención, y problemas de aprendizaje y control de los impulsos, interfiriendo en las funciones ejecutivas de memoria de trabajo, autorregulación de la emoción, interiorización del lenguaje, y planificación. Por tanto, cuando coexiste un trastorno del sueño, la clínica de TDAH se verá exacerbada.
Diferentes estudios han puesto de manifiesto también las siguientes diferencias en el sueño según el subtipo de TDAH, en concreto encontramos estos dos:
  • TDAH combinado: menor eficiencia del sueño y más fragmentado, dificultad para el inicio del sueño o insomnio de inicio, incremento de movimientos durante el sueño, somniloquia (hablar dormido), y pesadillas.
  • TDAH inatento: mayor somnolencia diurna, y menor presencia de los trastornos del sueño en general.
Algunas causas específicas que pueden impedir el sueño en niños con Hiperactividad
Los niños con TDAH podrían tener resistencia a la hora de dormirse y grandes dificultades para calmarse en la noche. Las interrupciones durante las rutinas para acostarse pueden ser más desafiantes cuando un niño tiene TDAH, y los padres con frecuencia describen una mayor resistencia y dificultad a la hora de acostarse.
Los problemas del sueño en niños con TDAH pueden también ser resultado de afecciones coexistentes. Los trastornos de ansiedad y depresión pueden llevar a dificultades para dormir, y son dos afecciones que pueden coexistir con el TDAH.
Existen numerosas sustancias estimulantes de consumo habitual, que pueden afectar al sueño. Hace mucho que se sabe que la cafeína del café, té, chocolate y muchas bebidas carbonadas aumentan los problemas de sueño.
Los medicamentos estimulantes que se usan para tratar el TDAH pueden contribuir a los trastornos del sueño en los niños con TDAH. Habitualmente el TDAH se trata con estimulantes (metilfenidato) o antidepresivos. Conviene considerar, que el metilfenidato produce según algunos estudios alteraciones significativas en el sueño, con retrasos en su inicio, disminución de su eficiencia y disminución de la cantidad total del sueño. Los estimulantes pueden contribuir al insomnio, bien sea por la administración de una dosis demasiado próxima a la hora de acostarse, o bien de una dosis insuficiente al final del día, ya que produce agitación e irritabilidad de rebote.
Higiene del sueño en niños con TDAH
Todas aquellas medidas encaminadas a conseguir un sueño de calidad que permita el adecuado descanso reciben el nombre de higiene del sueño.
Para los niños que presentan problemas para conciliar el sueño se recomienda la revisión de los hábitos de sueño y el establecimiento de pautas de higiene de sueño adecuadas.
Aunque no hay un tratamiento específico que se recomiende para los problemas de sueño en niños con TDAH, la Fundación nacional del sueño (National Sleep Foundation, NSF) ofrece consejos para ayudar a los niños a dormir mejor. Las siguientes sugerencias podrían ayudar a lograr una transición más suave de la vigilia a un sueño recuperador:
  1. Mantener una rutina del sueño, horarios de sueño regulares, acostándose y levantándose siempre a la misma hora. Los niños pueden beneficiarse de una rutina relajante al final del día (escuchar música tranquila o una ducha templada). Esto ayuda a facilitar la transición entre las actividades del día y el descanso tranquilo del sueño.
  2. Evitar todos los productos con cafeína o tomar líquidos en exceso a la hora de ir a dormir, especialmente durante la tarde o al final del día.
  3. Usar la cama sólo para dormir.
  4. Evitar que los niños vean televisión o videos antes de acostarse.
  5. Ayudarles a permanecer en la cama cuando llega la hora de acostarse.
  6. Mantener un ambiente estructurado y predecible (que sepan qué se espera de ellos).
  7. Mantener el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado, fresco y cómodo para lograr el mejor sueño (temperatura adecuada, cama confortable, usar colores relajantes en las paredes). Evitar los ambientes no familiares o no habituales a la hora de dormir.
  8. Minimizar las posibles interrupciones, como los ruidos externos.
  9. Eliminar del cuarto luces innecesarias.
  10. Mantener las televisiones, ordenadores, videojuegos y otros equipos electrónicos fuera de la habitación.
  11. El ejercicio ayuda a disipar la hiperactividad y los sentimientos de inquietud en los niños con TDAH. Sin embargo, hacer ejercicio poco antes de irse a la cama puede dificultar la conciliación del sueño, así que debe terminar de hacer ejercicio al menos tres horas antes de acostarse.
  12. Vigilar los horarios de las comidas: comer mucho muy cerca de la hora de acostarse puede impedir que se duerma bien por la noche. Sin embargo, dado que algunos niños con TDAH no obtienen suficientes calorías durante el día para mantener una nutrición adecuada, un pequeño refrigerio poco antes de acostarse puede aliviar el hambre antes de acostarse y ayudar a mantener un peso saludable.
Bibliografía
Eddy Ives L-S, Ugarte Libano R. TDAH y trastornos del sueño. En: AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría 2011. Madrid: Exlibris Ediciones; 2011. p. 397-406.
Domínguez-Ortega, L. y De Vicente-Colombia, A. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad y alteraciones del sueño. Med Clin (Barc). 2006;126(13):500-6

viernes, 6 de septiembre de 2013

El síndrome de burnout o la sobrecarga de los padres: ¿cómo evitarlo?

26/10/2012
Ser padres exige dedicación las 24 horas del día. Sin embargo, no permitas que un nivel de estrés excesivamente alto sea lo normal en tu día a día. Evita el síndrome del burnout o la sobrecarga tomando algunas precauciones.
La exposición continua al estrés reduce los niveles de cortisol, la hormona que regula la glucosa y la respuesta del cuerpo a la tensión. Lo sufren los soldados en las zonas de conflicto, que se vuelven insensibles al peligro, y también algunos padres y madres, en especial, los de niños con trastornos como autismo o hiperactividad, según una investigación de la Universidad de Wisconsin (EE. UU).
En general, el síntoma principal del “burnout de los cuidadores” es la insensibilidad, razón por la cual los afectados no suelen darse cuenta de que padecen este síndrome. Además, el burnout comporta otros síntomas:
  • Cansancio
  • Irritabilidad
  • Actitud indiferente y negativa
  • Aislamiento social
  • Pérdida de interés por las actividades favoritas
  • Enfermedades frecuentes y dolor crónico
  • Dificultades para concentrarse
  • Cambios en los patrones del sueño
  • Cambios en el apetito y en el peso
  • Sentimientos de desesperación o impotencia
  • Consumo inapropiado de alcohol o medicamentos
Sin el tratamiento adecuado, el agotamiento en este tipo de casos puede impedir que la persona afectada se pueda desenvolver en su día a día. Afortunadamente, quien padezca el síndrome de burnout puede recuperarse fácilmente y evitar que le vuelva a suceder.
Para evitar el cansancio por la conciliación o la sobrecarga de responsabilidades como padre o madre, sigue estos 8 consejos:
  1. Pide ayuda cuando la necesites a familiares, amigos y personas cercanas.
  2. Consulta al médico siempre que sea necesario.
  3. Delega los cuidados a tus hijos cuando haga falta.
  4. Lleva un estilo de vida saludable. Come bien, haz ejercicio y procura seguir una rutina regular de sueño.
  5. Fomenta tu creatividad: te rejuvenecerá. La fotografía, la música, la escritura, la costura, la cocina, el bricolaje, el senderismo o la jardinería te permitirán relajarte.
  6. Introduce pequeños rituales en tu día a día: meditación, una taza de té, leer un libro o charlar cada día un rato con un amigo son algunas buenas ideas.
  7. Respeta tus límites. Aprende a decir “no”.
  8. Relájate y ordena tus prioridades. Piensa en tus metas y en las de tu familia, y concédete un tiempo para descansar cada día.
Referencia bibliográfica
Wang, K.: 8 essential tips for preventing caregiver burnout. Friendship Circle Blog - The Friendship Circle of Michigan, The Friendship Circle Blog, 4 de octubre de 2012 [acceso: 24 de octubre de 2012]. Disponible en: http://blog.friendshipcircle.org/2012/10/04/8-essential-tips-for-preventing-caregiver-burnout

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domingo, 1 de septiembre de 2013

El cerebro de niños con TDAH es diferente al de otros niños

Publicado en www.infanciahoy.com

Investigadores de la Universidad de Cardiff han conseguido establecer, por vez primera, las diferencias genéticas que presentan niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con respecto a niños que no padecen este trastorno I Los científicos esperan que esta constatación de la relación entre genética y TDAH permita evaluar clínicamente con rigurosidad una condición muy prevalente en niños y jóvenes, así como ayudar a superar su estigma.





Por Yaiza Martínez.

Reino Unido, 31 Agos, Agencia Infancia Hoy.- Una investigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff, en Gales, ha constatado por vez primera una condición genética directamente relacionada con el llamado trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

En su estudio, los investigadores descubrieron, en concreto, que los niños que padecen TDAH son más propicios que otros niños a tener duplicados pequeños segmentos de su ADN o a carecer de dichos fragmentos.

Por otro lado, los investigadores constataron una significativa imbricación entre dichos fragmentos de ADN, conocidos como “variantes de número de copias” (CNVs), y otras variantes genéticas relacionadas con el autismo y la esquizofrenia.

Todos estos hallazgos evidencian, según ellos, que el TDAH es un trastorno del desarrollo neurológico o, en otras palabras, que los cerebros de niños con TDAH son diferentes a los cerebros de otros niños.

Trastorno muy prevalente

La profesora Anita Thapar, directora de la investigación, espera que la constatación de la causa genética del trastorno por déficit de atención con hiperactividad “ayude a superar el estigma social asociado al TDAH”.

Según declara la investigadora en un comunicado de la Universidad de Cardiff: “Demasiado a menudo, la gente cree que este trastorno es causa de una mala educación o de una dieta pobre. Ahora se puede afirmar con confianza que el TDAH es una enfermedad genética, y que los cerebros de los niños que padecen esta condición se desarrollan de manera distinta”.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno muy prevalente cuya sintomatología se caracteriza por la distracción de moderada a severa, periodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

El TDAH se da con mayor frecuencia en varones que en niñas, pero su incidencia no presenta diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos.

Actualmente, se estima que el TDAH afecta a entre un 5% y un 10% de la población infantil y juvenil, y que representa entre el 20% y el 40% de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.

A pesar de la expansión de este trastorno, hasta ahora no se habían recopilado evidencias directas de que esta condición fuera genética, y existía una gran controversia sobre sus causas.

Relación con otras enfermedades

En el estudio realizado, Thapar y sus colaboradores analizaron el genoma de un total de 366 niños, todos ellos diagnosticados clínicamente con TDAH, en comparación con otras 1.000 muestras de control, para tratar de establecer qué variaciones en la constitución genética eran las más comunes en niños con TDAH.

De esta forma, se descubrió que los niños con este trastorno presentan una tasa significativamente mayor de segmentos de ADN duplicados o ausentes, en comparación con otros niños.

Los científicos constataron, concretamente, que los CNVs atípicos eran casi el doble de comunes en niños con TDAH que en la muestra de control, e incluso más del doble de comunes en el caso de niños con dificultades de aprendizaje.

Asimismo, el análisis permitió establecer una clara relación genética entre las variaciones en la presencia o ausencia los segmentos CNVs relacionados con el TDAH y otros trastornos cerebrales.

Por último, también se constató una relación significativa entre los CNVs identificados en niños con TDAH y regiones del genoma que se sabe influyen en la susceptibilidad al autismo y a la esquizofrenia.

Evaluación clínica rigurosa

La imbricación genética más importante fue descubierta en una región particular del cromosoma 16 que había sido vinculada anteriormente con la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos severos, y que abarca a una serie de genes entre los que se encuentra uno que juega un papel clave en el desarrollo del cerebro.

En lo que se refiere a la relación entre el autismo y el TDAH, los investigadores explican que, aunque estos dos trastornos se dan por separado completamente, lo cierto es que existen ciertas concomitancias entre ellos en lo que a sintomatología y dificultades de aprendizaje se refiere.

La investigación sugiere que dichas concomitancias podrían explicarse desde el punto de vista genético y que, por tanto, habría una base biológica compartida por ambas condiciones.

Todos estos descubrimientos ayudarán a entender los cambios cerebrales que provocan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, explican los científicos.

De momento, se puede afirmar que el TDAH no se produce por un cambio genético sencillo, sino que más bien es consecuencia de diversos cambios genéticos, incluyendo los cambios en los CNVs fruto de la relación del niño con su entorno.

Los investigadores afirman, asimismo, que el conocimiento de las diferencias genéticas constatadas permitirá diagnosticar el TDAH, a partir del análisis de los CNVs identificados. Esto supone contar con una herramienta de evaluación clínica rigurosa de este trastorno.

Contaminación y TDAH

Anteriormente, el TDAH había sido relacionado con otras causas. En 2009, por ejemplo, científicos coreanos estudiaron la vinculación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad con la concentración de ftalatos (compuestos químicos de uso muy extendido, presentes en muchos productos del mercado, como juguetes, productos de limpieza, plásticos y cosméticos) en la orina de niños.

Entonces comprobaron que, cuanto más altos eran los niveles de estos compuestos en la orina de los pequeños, mayores síntomas presentaban éstos de hiperactividad.

Por otra parte, hace unos años, la organización WWF advirtió de la peligrosidad para el desarrollo cerebral de los niños europeos de los productos químicos que componen los elementos de nuestra vida cotidiana. Los científicos demostraron en un informe que ciertos rasgos como el autismo, la hiperactividad o la incapacidad de concentración aumentan año tras año en los niños, como consecuencia de su exposición a estos elementos.