martes, 7 de enero de 2014

ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES, TDAH Y TOC

Publicado en de   en http://atheneapsicologia.wordpress.com




A petición de uno de vosotros, y como “regalo” en el día de Reyes, elaboro este artículo con la intención de esclarecer ciertos términos e ideas que se tienen acerca de la superdotación y/o las Altas Capacidades Intelectuales, el TDAH y el TOC.
Empezaré definiendo cada término:
Altas Capacidades Intelectuales (AACCII): actualmente, no hay acuerdo en la comunidad científica en una definición única respecto a los diferentes conceptos que engloban las AACCII; no obstante, existen diversos términos relacionados con la posesión de capacidades intelectuales de un nivel superior que suponen conceptos y matices diferentes (precocidad, talento, prodigio, sobredotación intelectual, genio), De cualquier modo, siempre hay implicado un aprendizaje más rápido, una capacidad intelectual general por encima de la media, además de un perfil de personalidad (o indicadores de posible alta capacidad intelectual, en los que la hipersensibilidad siempre está presente).
TDAH (Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperactividad): según la Asociación Americana de Psiquiatría, se define como un trastorno del comportamiento, de origen neurobiológico, que afecta a la autorregulación de la atención, de la motivación y del autocontrol de la persona, provocándole limitaciones en su vida en su adaptación (personal, escolar y/o social). Subtipos: atencional, hiperactivo/impulsivo o combinado (atencional e hiperactivo/impulsivo).
TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo): presencia de obsesiones (que no son preocupaciones excesivas sobre la vida real) o compulsiones (ejemplo: lavado de manos frecuente al día, puesta en orden de objetos, comprobar el gas varias veces antes de acostarse,…) recurrentes que limitan la vida de la persona y crean malestar clínicamente significativo. En algún momento del trastorno, la persona reconoce que estas obsesiones o compulsiones son exageradas o irracionales y que no vienen de fuera (como sucede en la inserción del pensamiento).
Una vez definidos estos tres términos, deciros que, desde hace algún tiempo, y debido al incremento de diagnósticos diferenciales que he tenido que realizar, he ido aprendiendo a discriminar las personas con AACCII sólo, con TDAH sólo y las que tienen una doble excepcionalidad (esto es, AACCII y TDAH), así como las que tienen AACCII, TDAH y un trastorno asociado (el TOC). En el caso de las AACCII solas, una prueba de inteligencia de peso es capaz de detectarlas (aunque no de definir del todo el diagnóstico en cuanto a la modalidad de la misma); referente al TDAH, no se pueden realizar pruebas psicométricas para establecer un diagnóstico diferencial como en las AACCI, con lo que el diagnóstico es comportamental (se realiza a través de cuestionarios específicos y teniendo en cuenta la influencia decisiva de la herencia en el mismo); la doble excepcionalidad, a veces, está muy clara y, otras, cuesta hacer el diagnóstico, ya que las AACCII suelen “camuflar” el TDAH frecuentemente (confundiéndose, por ejemplo, un comportamiento hiperactivo de un niño/a con AACCII sólo con una auténtico TDAH combinado con AACCII).
Señalar, por otra parte, que la doble excepcionalidad baja las puntuaciones en los tests de inteligencia en algunas áreas o tests, como en los de “Claves” y “Aritmética” del test WISC-IV y, a veces, también en “Dígitos” del mismo test pues, en el TDAH, la memoria a corto plazo está afectada y esto se refleja en determinados subtests como los citados. Además, la persona con doble excepcionalidad no entiende, a veces, cómo siendo tan inteligente a título general, tiene frecuentes despistes (errores “tontos” en sumas o restas, se olvida a menudo las llaves, la cartera, el móvil,…), no recuerda bien una conversación reciente (o “pierde el hilo”), pierde oportunidades en la vida por su excesiva impulsividad, no sabe temporalizarse,…, por lo que es preciso profundizar mucho en determinados casos para establecer un diagnóstico definitivo.
Decir que, así mismo, puede ser relativamente fácil pasar de tener un TDAH (que suele ser desorganizado, caótico en su vida) a padecer un TOC (que es todo lo contrario: perfeccionista y estructurado en exceso), ya que el TDAH puede derivar en un TOC al intentar corregir en exceso sus limitaciones la persona que padece un TDAH. Hay niños/as, adolescentes o adultos con TDAH que a lo largo de su vida han ido pasando de presentar desorganización en sus comportamientos, valores y pensamientos, es decir, del “caos”, a volverse obsesivo-compulsivos pensamientos obsesivos y manías en su comportamiento (en este caso, la terapia es fundamental, ya que la persona con TOC sufre mucho y hace sufrir a los que están en su entorno); comentar que, mientras que, en el primer caso, viven en ese desorden pero pueden ser relativamente felices, en el caso del excesivo perfeccionismo (TOC) la persona sufre mucho tanto mental como emocional y comportamentalmente (sobre todo, a nivel social). ¿Cómo reducir ese caos y que no se conviertan en lo contario al hipercorregirse?: trabajando en su justa medida los síntomas y su fisiología y liberándolos de la tensión de apurar tanto la frenada que se trasformen en lo contrario al inhibirse en su comportamiento y dar vueltas y vueltas en su pensamiento; cuando ni la persona ni su entorno más cercano (familia, pareja, amigos) gestionan bien su TDAH, éste puede dispararse entre el desorden y el caos y la obsesión- compulsión.

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