jueves, 13 de febrero de 2014

¿Qué pasa en las USMIJ?


Las cosas que dicen sobre el Asperger en algunas Unidades de Salud Mental Infanto Juvenil

Enviado por Autismo Diario on 13 febrero, 2014.
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obelixjEn las escuelas de padres y también en la atención individualizada a las familias, éstas nos suelen contar su trayectoria o “peregrinaje” por diferentes profesionales hasta llegar a un diagnostico concreto, afortunadamente cada vez hay más especialistas conscientes de las dificultades de los chicos y chicas con Síndrome de Asperger, y de lo importante que es que empiecen cuanto antes a trabajar sus déficits y que su entorno familiar y escolar asuma y sepa como educarles.
Pero todavía persisten algunos discursos que se repiten demasiado frecuentemente y que son preocupantes por quienes los “vuelcan”; profesionales de la salud pública (psiquiatras y psicólogos) que lógicamente tienen una fuerte influencia sobre las familias. Su frecuente repetición, hace pensar que no se trata de una interpretación subjetiva de una familia concreta, sino de un discurso que persiste en algunos profesionales de las Unidades de Salud Mental Infanto Juvenil (USMIJ).
Uno de los discursos que más llama la atención, lo mostramos con palabras textuales expresadas por varios padres con autorización expresa para ser publicadas aquí: “Vuestro hijo es asperger porque lo llevasteis muy pronto a la guardería y se rompió el vinculo materno.” En primer lugar hay que decir que esta afirmación resulta de dudosa veracidad cuando todas las investigaciones y consensos científicos definen a los TEA como una disfunción o diversidad neurológica crónica con evidente base biológica y genética. Desde esta visión psicoanalítica del Síndrome de Asperger, ha debido partir la peregrina idea de recomendarles psicoanálisis a algunos jóvenes y adultos Asperger, con nulos y/o perversos resultados en muchos casos.
En segundo lugar, además de no ser cierta ,añade un daño emocional gratuito a los padres, un daño al cual no le encontramos ningún sentido terapéutico ni humano. Culpabilizarlos de que su hijo tiene Asperger como consecuencia de algún trauma infantil que le han infringido, es inútil y dañino, no beneficia a nadie y añade el problema de la culpabilidad a los que ya tienen, de asumir el diagnostico de su hijo/a, entender en que consiste y como aprender a educarle teniendo en cuenta sus diferencias neurobiológicas.
Incluso, en algunos casos, al culpabilizarles, algunos se sienten “en deuda” con sus hijos y para “compensar” tienden a súper protegerles produciéndose un efecto perjudicial para los propios chicos, que agrava sus dificultades de integración socio emocional.
Otro frecuente discurso es: “Vamos a esperar a que sea más mayor, no vamos a etiquetarlo tan pronto”. Este mensaje, en un primer momento tranquiliza a los padres, y parece razonable, pero cuando se dan cuenta de que pasan los meses o los años y que se agudizan los rasgos, se arrepienten y lamentan haber perdido tanto y tan valioso tiempo, sobre todo sabiendo de la demostrada eficacia y oportunidad de la Atención Temprana, para los TEA. Por no “etiquetar prematuramente”, se desperdicia un tiempo precioso de la primera infancia, justo el periodo con mayor plasticidad neurológica.
Este argumento que busca la aquiescencia de los padres, en cuanto que desprecia el término diagnóstico al compararlo con una etiqueta, es el que niega cualquier tipo de documento imprescindible a la postre para poder defender los derechos necesarios para una atención a la diversidad. Se retoma luego, cuando ya tienen problemas de integración con el grupo de pares, más graves y frecuentes, al no haberles facilitado a ellos en las terapias y a su familia en las escuelas de padres, las herramientas cotidianas para una mejor evolución e integración socioemocional.
Finalmente hay otro discurso perverso, cada vez menos frecuente, afortunadamente y es el de la negación del S.A. con frases como “Al chico lo que le pasa es que es cortito y no podrá hacer una carrera” frase dicha en algunos casos incluso delante de los chicos, con lo que salen convencidos de que “son tontos” y con la autoestima dañada.
En esta misma línea, aunque parezca la contraria, se les da de alta: “el chico ya esta bien” por contestar y comportarse correctamente en la consulta del profesional y tener buenas notas en el colegio, sin tener en cuenta las dificultades de empatizar con los demás y los problemas de integración y aceptación de su entorno, cuando quizás en ese momento está siendo víctima (casi todos lo son) de un acoso escolar que no se atreve ni a verbalizar, como nos ha sucedido en bastantes casos.
No quisiera alargarme en otros discursos similares, por no dispersarnos en demasiadas anécdotas, que las hay, pero me gustaría realizar un llamamiento al conjunto de los profesionales con capacidad y oportunidad de diagnosticar y tratar a estos chicos y chicas para realizar una reflexión seria y profunda de estos 3 discursos recurrentes, en aras de ser más congruentes con los argumentos científicos, evitar culpabilizar a las familias y prestarles el apoyo en positivo, que necesitan para educar de la mejor manera posible a sus hijos con Síndrome de Asperger o TEA similares.
Un artículo de:
Pepa Vera Oliver
Trabajadora Social de la Federación Andaluza de Síndrome de Asperger

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